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Gestión de la dieta en pacientes con retraso en el vaciado gástrico.


miércoles 18 settembre 2024


Gestión de la dieta en pacientes con retraso en el vaciado gástrico

Normalmente, el vaciado del estómago ocurre en seis-ocho horas en los perros y en cuatro-seis horas en los gatos. La velocidad de vaciado está influenciada, además de por la raza, por el contenido y la formulación de la dieta, así como por el tamaño de la comida

Los trastornos de la motilidad gástrica pueden deberse a un desorden funcional primario de la motilidad (como, por ejemplo, durante una disinergia entre la motilidad antral y pilórica, hipomotilidad idiopática o infecciones del tracto gastrointestinal) o a un trastorno funcional secundario a otras afecciones como pancreatitis aguda o enfermedades endocrinas (como en el caso de la diabetes mellitus o el hipotiroidismo).

En otros casos, las dificultades de vaciado del estómago pueden ser causadas por un problema de tipo mecánico, como, por ejemplo, en la presencia de un cuerpo extraño, una compresión extraluminal, un tumor gástrico o duodenal, o en el curso de la hipertrofia del antro pilórico.

El principal signo clínico es el vómito crónico que contiene alimentos no digeridos, incluso varias horas después de la ingesta. En algunos casos, pueden asociarse otros síntomas como pérdida de peso, hinchazón gástrica, náuseas, inapetencia o frecuentes eructos.

Aunque la sospecha diagnóstica puede deducirse a partir de los signos clínicos, debe confirmarse mediante radiografías con contraste. Alternativamente, es posible realizar una gastroduodenoscopia, que en casos de retraso en el vaciado gástrico puede detectar la presencia de alimentos en el estómago incluso después de 12-18 horas de ayuno. Además, este procedimiento permite evaluar el estado del estómago y del duodeno para identificar la etiología potencial.

La gestión adecuada de la dieta es una de las decisiones terapéuticas clave que debe tomar el veterinario.

En primer lugar, un paciente con trastornos en el vaciado gástrico debe recibir comidas pequeñas, pero frecuentes, con un alimento de alto contenido en agua, tanto porque el agua reduce la osmolaridad de la dieta, facilitando el vaciado gástrico, como para aumentar la ingesta diaria de líquidos y, por lo tanto, reducir los riesgos de deshidratación asociados al vómito crónico. En algunos pacientes, es incluso necesario comenzar con la administración de comidas líquidas o semilíquidas.

Además, la comida debe ofrecerse al animal a una temperatura que oscile entre la temperatura ambiente y la corporal, es decir, entre los 21 y 38 grados, ya que algunos estudios han demostrado que las comidas frías ralentizan la velocidad de tránsito de los alimentos en el estómago.

Los factores nutricionales clave que debe tener una dieta para animales con retraso en el vaciado gástrico son una alta digestibilidad combinada con un contenido reducido de lípidos y fibras.

La selección del porcentaje de lípidos a incluir en la dieta debe variar según el paciente, la sintomatología y la tolerancia individual. De hecho, aunque los lípidos son necesarios para aumentar la densidad calórica de la dieta (facilitando, por lo tanto, el aumento de la ingesta calórica diaria en un animal con bajo peso), su presencia estimula la liberación de colecistocinina, lo que retrasa el vaciado gástrico.

En términos generales, el contenido de grasa debe mantenerse por debajo del 15% sobre materia seca en perros y por debajo del 25% en gatos.

Asimismo, el contenido de fibras debe limitarse en pacientes con esta patología, ya que, además de reducir la digestibilidad del alimento, pueden retrasar aún más el vaciado gástrico. En particular, se deben minimizar las fibras solubles que forman geles, como las pectinas y las gomas de psyllium o guar, prefiriendo el uso de fibras insolubles.

El porcentaje total de fibra debe mantenerse por debajo del 5% sobre materia seca.

Por último, es importante recordar que un paciente con vómito crónico a menudo presenta alteraciones en la concentración sérica de ciertos electrolitos, en particular, sodio, potasio y cloruro. Por lo tanto, su contenido en la dieta debe ser superior a las cantidades mínimas necesarias en un paciente sano.

Los niveles recomendados en un plan nutricional para un animal con retraso en el vaciado gástrico son de 0,8-1,1% sobre materia seca para el potasio, 0,5-1,3% sobre materia seca para el cloruro, y 0,3-0,5% para el sodio. No obstante, estos niveles deben modificarse y ajustarse en función de los resultados de los análisis bioquímicos.

BIBLIOGRAFÍA:
- MS Hand, CD Thatcher, RL Remillard, P Roudebush & BJ Novotny. Small Animal Clinical Nutrition 5th edition. ed. 2010, capítulo 54.
- Pibot P, Biourge V, Elliott D, Enciclopedia de la nutrición clínica del perro, 2007, capítulo 7.


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