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Nutrientes

Calcio, fósforo y la importancia de su relación en la dieta de perros y gatos.


miércoles 16 julio 2025


Calcio, fósforo y la importancia de su relación en la dieta de perros y gatos

El calcio cumple dos funciones fundamentales en el organismo. La primera es ser el principal componente estructural de huesos y dientes. La segunda consiste en participar en la transmisión de señales entre células y en la conducción de impulsos nerviosos

Al menos el 90 % del calcio presente en el organismo se encuentra en huesos y dientes. Además, actúa como segundo mensajero intracelular, permitiendo que las células respondan a estímulos hormonales y neurotransmisores.

Las dos funciones fisiológicas principales del calcio óseo son la estructural y la de reserva iónica. La cantidad de calcio óseo de reserva está en equilibrio con el calcio iónico sérico, y esta homeostasis se mantiene bajo estricto control hormonal.

El objetivo de la homeostasis del calcio es mantener la concentración sanguínea constante. Este equilibrio es regulado por varios órganos. En sangre, el calcio se encuentra en tres formas: un 50 % libre o iónico, un 40‑45 % ligado a proteínas y un 5‑10 % en forma compuesta o quelada. La concentración de calcio iónico es el principal regulador del metabolismo del calcio.

Cuando sus niveles son bajos, se activan los siguientes mecanismos:
- Se estimula la secreción de paratohormona (PTH), que induce la conversión renal de 25‑hidroxicolecalciferol (25‑OH‑D3) a su forma activa, 1,25‑dihidroxicolecalciferol (1,25(OH)2‑D3).
- El 1,25(OH)2‑D3 aumenta la absorción intestinal de calcio y el reabsorción ósea.

Si los niveles sanguíneos son normales o altos, se incrementa la liberación de calcitonina, que inhibe la producción de 1,25(OH)2‑D3, reduciendo la absorción intestinal y la resorción ósea, e incrementa la excreción renal de calcio.

El aporte dietético de calcio influye en su absorción intestinal, aunque no todo es absorbido. La absorción depende de la edad y el tamaño del animal, la forma química del calcio presente, y de la vía de absorción intestinal predominante.

Se distinguen dos mecanismos intestinales:
- Uno activo y saturable, regulado por la vitamina D, que ocurre en duodeno y yeyuno proximal.
- Otro pasivo, no dependiente de vitamina D, activo especialmente en cachorros y relacionado con el contenido de calcio en la dieta.

Dado que este mecanismo pasivo es más activo en cachorros, es crucial controlar cuidadosamente la concentración de calcio en la dieta de animales en crecimiento para evitar desequilibrios.

Un exceso de calcio puede causar alteraciones óseas en crecimiento como osteocondrosis, panosteítis o deformación del radio. En adultos, puede predisponer a nefrosis, crecimiento excesivo de las uniones costocondrales y formación de precipitados minerales en la orina.

La deficiencia de calcio puede inducir hiperparatiroidismo secundario, con aumento de PTH, resorción ósea excesiva y disminución de mineralización ósea. En cachorros puede causar raquitismo, y en adultos, osteomalacia, con mayor riesgo de fracturas y cojera.

El fósforo es otro mineral esencial, siendo el segundo componente más abundante en huesos y dientes. También forma parte de los ácidos nucleicos, ATP y fosfolípidos de membrana, siendo vital para el crecimiento celular, el consumo de energía y la síntesis proteica.

Su absorción ocurre por vías similares al calcio: una forma saturable, dependiente de PTH y 1,25(OH)2‑D3, y otra pasiva, relacionada con su ingesta. Ante una ingesta baja, el organismo aumenta la absorción, reduce la excreción urinaria y remodela el hueso.

La deficiencia de fósforo puede causar retraso en el crecimiento, anorexia, pica, deformidades óseas y mayor riesgo de fracturas. El exceso, en cambio, induce hiperparatiroidismo secundario, mala mineralización ósea, calcificación de tejidos blandos y aumento del riesgo de urolitiasis.

Estudios recientes en gatos relacionan una alta ingesta de fósforo, especialmente de sales inorgánicas, con mayor riesgo de enfermedad renal crónica.

Todo lo anterior pone de manifiesto la estrecha relación entre calcio y fósforo, regulados por mecanismos hormonales y bioquímicos comunes. Por ello, no basta con evaluar ambos minerales por separado: también debe controlarse su relación en la dieta. Una proporción desequilibrada puede reducir la absorción: un exceso de calcio forma complejos insolubles con fósforo, y altos niveles de fósforo o fitatos inhiben la absorción de calcio.

Según FEDIAF, la relación calcio/fósforo debe situarse entre valores mínimos de 1:1 y máximos dependientes de la edad, fisiología y tamaño del animal:
- Cachorros y animales en reproducción: máximo 1,6:1
- Adultos: máximo 2:1
- En segunda fase de crecimiento: máximo 1,8:1 si alcanzarán < 15 kg, o 1,6:1 si alcanzarán > 15 kg
- Gatos en crecimiento: máximo 1,5:1; adultos: 2:1

Además, la biodisponibilidad de calcio y fósforo importa. Por ejemplo, el fósforo vegetal está principalmente en forma de fitato, del cual solo se absorbe un tercio en animales monogástricos, mientras que el fósforo de origen animal es más biodisponible. Esto significa que en dietas basadas en vegetales es necesario ajustar la relación Ca:P.

Bibliografía:
- FEDIAF. Nutritional Guidelines for Complete and Complementary Pet Food for Cats and Dogs, septiembre 2020.
- Case L. P., Daristotle L. et al. Canine and Feline Nutrition, 3^ edición, 2011.
- Hand M. S. et al. Small Animal Clinical Nutrition, 5^ edición, 2010, capítulo 6.


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