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Requerimiento energético, Patologías, Terapia de dieta

Patologías intestinales del gato: IBD Vs Linfoma desde el punto de vista nutricional.


miércoles 8 enero 2025


Patologías intestinales del gato: IBD Vs Linfoma desde el punto de vista nutricional

La enfermedad inflamatoria intestinal (IBD, por sus siglas en inglés) y el linfoma alimentario están entre las patologías más comunes que afectan al aparato gastrointestinal de los gatos. Los signos clínicos de ambas enfermedades son, con frecuencia, inespecíficos e incluyen vómitos, diarrea, disorexia, pérdida de peso y, en algunos casos, melena, dependiendo del tramo gastrointestinal afectado

La enfermedad inflamatoria intestinal (IBD, por sus siglas en inglés) y el linfoma alimentario están entre las patologías más comunes que afectan al aparato gastrointestinal de los gatos. Los signos clínicos de ambas enfermedades son, con frecuencia, inespecíficos e incluyen vómitos, diarrea, disorexia, pérdida de peso y, en algunos casos, melena, dependiendo del tramo gastrointestinal afectado.

Desde un punto de vista epidemiológico, ambas patologías presentan un curso ligeramente diferente. Mientras que la IBD afecta a gatos de todas las edades, el linfoma es más común en gatos mayores (10-11 años), aunque también se pueden diagnosticar linfomas intestinales en individuos mucho más jóvenes.

Para diferenciar la IBD del linfoma es necesario realizar investigaciones diagnósticas exhaustivas. La ecografía abdominal es el primer paso para evaluar el tracto gastrointestinal, las capas parietales del intestino y los ganglios linfáticos abdominales. Alteraciones localizadas, como la presencia de una masa o la modificación de la estratigrafía intestinal en una sola parte del intestino, suelen ser indicativas de un linfoma. Por otro lado, la presencia de lesiones en el páncreas, el hígado o los conductos biliares puede sugerir una inflamación intestinal, dado que los gatos con IBD frecuentemente presentan colangitis concomitante. Sin embargo, en la mayoría de los casos, las alteraciones ecográficas de ambas patologías consisten en una alteración difusa de la pared intestinal, a menudo acompañada de un aumento del volumen de los ganglios linfáticos, lo que dificulta distinguir la IBD del linfoma intestinal difuso. En estos casos, es necesario realizar una endoscopia con toma de biopsias. El análisis histológico de las biopsias obtenidas de diferentes áreas intestinales permite alcanzar un diagnóstico definitivo.

En ambas patologías, la elaboración de un plan nutricional a medida debe formar parte del enfoque terapéutico. Este enfoque nutricional debe comenzar con una evaluación del estado nutricional del paciente, su estado de hidratación, su índice de condición corporal (BCS, por sus siglas en inglés) y su índice de condición muscular (MCS, por sus siglas en inglés) para calcular con la mayor precisión posible sus requerimientos energéticos de mantenimiento. En caso de linfoma, la posible presencia de caquexia neoplásica debe considerarse al calcular los requerimientos energéticos del animal. Además, en ambas enfermedades, es fundamental evaluar la posible presencia de malabsorción que haya causado al animal un estado de malnutrición proteico-calórica generalizada y/o una carencia específica de oligoelementos.

Al calcular las necesidades energéticas, es importante considerar si el animal está hospitalizado, ya que, en animales ingresados y confinados en jaulas, la estimación de las calorías que debe consumir se calcula utilizando la fórmula para las necesidades energéticas en reposo (RER, por sus siglas en inglés): RER = 70 x (peso actual)0,75.

A continuación, se debe elaborar un plan nutricional específico para el paciente, considerando los factores nutricionales clave dependiendo de si el animal padece IBD o linfoma.

IBD
Además de seleccionar una nueva fuente de proteínas y carbohidratos que el paciente no haya consumido previamente, la dieta debe cumplir con los siguientes criterios:

- Si se opta por una dieta altamente digestible:
DENSIDAD ENERGÉTICA: 4-4,5 Kcal/gramo
PROTEÍNAS: > 35% sobre materia seca, con fuentes de proteínas con una digestibilidad > 87%
GRASAS: 15%-25% sobre materia seca, con fuentes lipídicas con una digestibilidad > 90%
FIBRA: < 5% sobre materia seca

- Si se opta por una dieta con alto contenido en fibra:
DENSIDAD ENERGÉTICA: >3,4 Kcal/gramo
PROTEÍNAS: > 35% sobre materia seca, con fuentes de proteínas con una digestibilidad > 80%
GRASAS: 9%-18% sobre materia seca, con fuentes lipídicas con una digestibilidad > 80%
FIBRA: 7%-15% sobre materia seca

Para más detalles sobre dietas en pacientes con IBD, consulte el siguiente artículo: IBD: cómo gestionarlas desde el punto de vista nutricional.

LINFOMA
Hasta la fecha, no se han realizado estudios específicos sobre la alimentación para gatos con linfoma intestinal. Sin embargo, un estudio en perros con linfoma en estadio III mostró que una dieta húmeda, baja en carbohidratos y enriquecida con aceite de pescado o arginina, aumenta el tiempo de supervivencia y el intervalo libre de enfermedad.

Por lo tanto, al elaborar un plan nutricional para un gato con linfoma, deben seguirse las pautas recomendadas para gatos con cáncer, como se detalla a continuación:

PROTEÍNAS: 40-50% sobre materia seca, para reducir el riesgo de malnutrición proteica.
GRASAS: 25%-40% sobre materia seca, para aumentar la densidad energética de la dieta y garantizar un aporte energético suficiente, especialmente cuando disminuye el apetito del animal.
La dieta debe contener un elevado contenido de ácidos grasos omega-3 (> 5% sobre materia seca) y mantener una relación omega-6/omega-3 cercana a 1:1.
CARBOHIDRATOS: < 25% sobre materia seca de NFE.
ARGININA: > 2% sobre materia seca.
TAURINA: Siempre se recomienda suplementar con taurina las dietas preparadas para gatos.

Por supuesto, ya sea que el paciente padezca IBD o linfoma, su dieta debe estar equilibrada y satisfacer todos los requerimientos nutricionales establecidos por la FEDIAF para la especie felina.

Finalmente, se deben evaluar posibles suplementos específicos de vitaminas y minerales según las deficiencias que presente el paciente. Se debe prestar especial atención a la cobalamina, ya que algunos estudios indican que los gatos con IBD o linfoma pueden presentar deficiencia de esta vitamina. Los gatos con inflamación intestinal y deficiencia de cobalamina han mostrado mejoras en el aumento de peso y en la respuesta al tratamiento tras la suplementación de esta vitamina por vía parenteral. Sin embargo, no existen estudios sobre los beneficios de esta suplementación en gatos con linfoma.

BIBLIOGRAFÍA
- Debra L. Zoran (2008). Nutritional Management of Feline Gastrointestinal Diseases. 23(4), 200-206.
- MS Hand, CD Thatcher, RL Remillard, P Roudebush & BJ Novotny. Small Animal Clinical Nutrition 5th edition. ed., 2010, capítulo 30 y capítulo 57.
- Ogilvie GK, Fettman MJ, Mallinckrodt CH, Walton JA, Hansen RA, Davenport DJ, Gross KL, Richardson KL, Rogers Q, Hand MS. Effect of fish oil, arginine, and doxorubicin chemotherapy on remission and survival time for dogs with lymphoma: a double-blind, randomized placebo-controlled study. Cancer. 2000 Apr 15;88(8):1916-28.
- Pibot P, Biourge V, Elliott D. Enciclopedia de la nutrición clínica del gato, 2008, capítulo 3 y capítulo 11.


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